lunes, 7 de diciembre de 2009

Entrevista a Roxana Berco
Miradas al Sur
Domingo 6 de Diciembre de 2009
(Hacé click en la nota para leerla)




viernes, 20 de noviembre de 2009

CRÍTICA
LAS 12-Página/12

Viernes, 20 de noviembre de 2009

TEATRO

Un vestido y un amor
Con la dirección de Román Podolsky y las actuaciones de Roxana Berco y Mariano Pérez de Villa, Aureliano explora la forma de construir el amor con mayúscula, entre pequeñas teorías y canciones.


Por Guadalupe Treibel

Aureliano, de Román Podolsky (Harina y Guardavidas), es una obra de microrrelatos que, tamizados desde el amor, describen el (in)consciente personal de Greta, una mujer en sus cuarenta que acaba de mudarse, de desplegar objetos que hablan y ayudan a construir, con delicadeza, la mirada de una llegada y una partida: el amor que fue y, de varias maneras, sigue siendo.
En la cadencia de las palabras que atrapan –acompañadas gestual y expresivamente por una Roxana Berco que se luce–, las historias mínimas y las pequeñas teorizaciones sobre una planta, un vestido (“Si está sufrido, hay que sacarlo a pasear para que olvide... Un día que no importe mucho salir con un vestido sufrido”), una flor, una montaña, las peluqueras o Paraguay (símbolo de traición) arman el rompecabezas de un sentimiento: el del amor, visto desde la mirada femenina, el desencanto y la pureza. Y, por qué no, la geografía.
Las frases –a priori, simples– esconden la complejidad del tiempo compartido, real o fantasioso: “Las plantas y las flores se chupan el sol. Y las nubes no existen”, define con agridulce sensación ella y pierde la inocencia recuperada y vuelta a regalar. “¡Canciones y caprichos!”, demanda “hambrienta”, a la espera de una señal. En sus propias palabras: “Hacer el amor en los mensajes. Y caer. Caer hacia arriba. En espiral. Una caída en subida. Sin gravedad. No detener nunca la caída. Hasta el próximo mensaje... Hasta que sobre el mensaje”.
Las impresiones de este “monólogo” –acompañado por la presencia “fantasmagórica” en piano y baile de Mariano Pérez de Villa, el silencioso Aureliano de Greta; más que una persona, un signo– juegan a dos que se buscan y se evaden, que se mueven en un espacio no-compartido, como si ambos estuvieran en distintos planos. De a dos pero desde una: desde Greta y su cadencia.
No por nada una cita de Roberto Juarroz “guió” la dramaturgia (cargo compartido por Podolsky, Berco y Pérez de Villa): “El poeta no tiene otra alternativa que inventar o crear otros mundos. La poesía crea realidad, no ficción. Afirmo que la poesía es realidad y para mí es la mayor realidad posible porque es la que cobra conciencia real de la infinitud”.
Así, los pasadizos visuales están armados desde el recuerdo (o la fantasía/realidad) de una mujer que amó y ama, que se entrega a lo “musical” gracias a las canciones de Aureliano y su piano, que juega desde la sonoridad de las palabras y, entre puntos apartes y comas, despliega lo fulminante del decir, del saber decir. De querer así, entre luces y sombras, palabras chinas, canción. Por y contra un baile “salvaje” que termina en pequeños quejidos de placer.
La puesta depurada también dice. Más allá del aislamiento, cada color, cada cosa, es un link pertinente y, entre una caja, una ventana, una soga, vestidos y cabezas de muñeca, Greta recuerda y pide y, entre los dos, “hacen andar el amor”. Si camina o renquea, eso es sapo de otro pozo. ¤


Aureliano: En Espacio Ecléctico (Humberto Primo 730). Sábados a las 21.30. Duración: 60 minutos. Localidades: $ 30.Jubilados y estudiantes: $ 20.

sábado, 7 de noviembre de 2009

CRÍTICA

LA NACION
Espectáculos

Roxana Berco, voz de mujer
El director Román Podolsky, el mismo creador de Harina, presenta ahora Aureliano










Roxana Berco y Mariano Pérez de Villa, intérpretes y coautores de este atractivo montaje

Aureliano . Dramaturgia y dirección: Román Podolsky. Sobre textos de Berco, Pérez de Villa y Podolsky. Intérpretes: Roxana Berco y Mariano Pérez de Villa. Diseño de escenografía y vestuario: Alejandra Polito. Diseño de iluminación: Matías Sendón. Música original: Mariano Pérez de Villa. Asesoramiento coreográfico: Mayra Bonard. Asistente de dirección: Luciano Prieto. En Espacio Ecléctico (Humberto Primo 730). Sábados, a las 21.30. Duración: 60 minutos.
Nuestra opinión: buena

Una habitación muy grande y blanca. Sólo un colchón en el piso y una caja de cartón vacía. La luz se proyecta sobre el ambiente marcando unos rasgos inevitables de soledad. Una gran ventana puede resultar un escape posible. A veces eso sucede. Una mujer desanda unas breves historias. Son sólo rasgos de un mundo que intenta transmitir pero que, indefectiblemente, no parece querer completar.
De esos pequeños cuentos que narra puede ser su protagonista o tal vez no. Algo es seguro, ella habla de la condición femenina y lo hace con profundas resonancias. Será imposible no introducirse en esas líneas de relato, sentirse cerca de esa mujer, acompañarla en la escucha como una manera de contenerla de cerca.
Pero un hombre está muy próximo. Toca el piano de espaldas a ella y sólo se acercará a tomar contacto cuando una danza, casi violenta, demuestre que entre ellos algo puede compartirse. El momento es breve, como las apariciones del rostro de ese hombre que, por momentos, escapa por la ventana.


Interesante unipersonal
Aureliano es un material dramático fragmentado que provoca muchas sensaciones. Nos aproxima al mundo de una pareja pero sólo para escuchar a la mujer. El ritmo del espectáculo crecerá despacio, las palabras por momentos envolverán la atención y despertarán la sensibilidad.
Roxana Berco narra con mucha tranquilidad, buscando en su interior esas imágenes potentes que le posibiliten al espectador reconstruir, internamente, aquel mundo que menciona. El humor aparecerá en algunas situaciones y tendrá su riqueza.
La música de Mariano Perez de Villa y la iluminación de Matías Sendón resultarán elementos muy provocadores para que esa escena adquiera mayor trascendencia.
Como en otros unipersonales que ha dirigido, Román Podolsky se detiene en historias sencillas y en una búsqueda minuciosa a la hora de guiar la actuación. Una vez más, sus logros son muy atractivos.

Carlos Pacheco

viernes, 6 de noviembre de 2009

CRITICA

NUEVO PAIS
Revista Semanal Independiente
Año 1 – Número 13- Primera Semana de Noviembre 2009

"AURELIANO" UN VERDADERO DELEITE PARA LOS OJOS Y OÍDOS.
POR GERARDO BOVA

Tuve el enorme privilegio de presenciar el sábado 31 de octubre, la obra que presenta en el Espacio Ecléctico, Román Podolsky, sobre textos de Roxana Berco, Pérez de Villa y del mismo director.

“Aureliano”, su título, nos deja un mensaje de enormes alternativas con el buen libreto teatral. Un compendio del amor tratado en todas sus facetas, como algún otro colega lo subrayó perfectamente, donde se vislumbra las ganas, el deseo, el amor con sus frustraciones y contradicciones.

Una magistral puesta en escena y notable dirección de Podolsky, acrecentado aún con el brillante trabajo actoral de Roxana Berco.
Y bien cabe destacar que la obra tiene ribetes que pasan de la sencillez a la brillantez, con notable sentido de creación artística.

Recomendarla, es poco, tal vez una simple falta de respeto, casi diría que es una compromiso ineludible llegarse al cálido teatro de la calle Humberto 1ro y deleitarse en una noche de sábado. CALIFICACION DE 10 PUNTOS LARGOS

martes, 27 de octubre de 2009

CRÍTICA

Blog RESEÑAS
Por Carmen Pereyra
http://resenasdecineyvida.blogspot.com

Monologal. Las palabras en esta obra se lucen, y no por su forma sino por su fuerza: "arman y desarman", salen a borbotones de la boca de Roxana Berco (muy destacable actuación) con una espontaneidad pasmosa.

El discurso amoroso recorre sus tópicos: el engaño, el tiempo, la muerte, los celos, el temor a la soledad; y los cubre con el mismo barniz a pesar de expresar distintos tenores del lenguaje (algunos más serios, otros más banales). Pero claro: no es frivolidad, simplemente se trata de un soliloquio en tono confesional en el contexto de una ciudad donde una gran parte de la población puede decir más del psicoanálisis que del amor.

La puesta, por su parte, es impecable: la música, las luces, la utilización del espacio denotan extrema prolijidad.
Recomendable.

Dramaturgia: Román Podolsky
Dirección: Román Podolsky sobre textos de Berco, Pérez de Villa y Podolsky
Elenco: Roxana Berco, Mariano Pérez de Villa
Teatro: Teatro Ecléctico, Humberto Primo 730, reservas 4307-1966
Funciones: sábados 21:30 hs hasta el 31/10.
Localidades: $30 y $20.Publicado por Carmen Pereyra

sábado, 19 de septiembre de 2009


OPINIÓN

“AURELIANO”, DE ROMÁN PODOLSKY

Autoayuda para quienes no leen autoayuda
Por Diego Manso
19 de septiembre de 2009

Vamos a ver “Aureliano”, la nueva obra de Román Podolsky, para rejuntar las partes que sobrevivieron al desguace de nuestro corazón, astillas ahora de una más bien rústica mayólica. Pero tenemos presente el lema de los que acopian objetos diversos y son capaces de reconocer, por caso, entre un enjambre de desperdicios, la utilidad de un naipe huérfano de mazo. A eso vamos a ver “Aureliano”: a desentrañar el temperamento esotérico de las cosas que se quedaron guachas; esas que, así y todo, sobrevivieron para contar la historia y fundar cierta arqueología de la minucia sentimental. (Con mi amigo Andrés tenemos la misma costumbre, lo descubrí una tarde fisgando su escritorio: recoger de la calle los naipes abandonados. Cada uno tiene un significado, vaya a saber según qué tarot, aunque yo me animo a pensar que son señuelos, encarnaciones de una presunción a priori.) Por eso vamos a ver “Aureliano”: para reposar en la abulia de los objetos que quedaron como vestigio del desastre. Vamos a ver “Aureliano” porque también, como nuestros recuerdos, somos potiches condenados al fondo del cuarto de trastos. Sin embargo, alguien, pronto y con algún ímpetu luminoso sobre su dedo índice, nos descubrirá para gloria de un aparador. Todos somos vintage del amor, por eso vamos a ver“Aureliano”. Y vamos a ver “Aureliano” para matar la espera de un mensaje en la contemplación de otra espera. Uno baila cuando espera porque así resuelve el problema del espacio y porque, sabemos, una espera no es más que un espacio lleno de uno mismo: la banalidad del movimiento abrevia territorios planos. Entonces vamos a ver “Aureliano” para preguntarnos (y para contestarnos en la misma enunciación de la pregunta, no somos tan tontos) junto a esa actriz deslumbrante que es Roxana Berco, cómo saber de veras si algo está muerto o se acabó. Para preguntarnos, entonces, cómo hacer para enterrarlo ante la duda. “Aureliano” enuncia casi textualmente, la imposibilidad de cortar lazos. Y consuela mucho en tiempos donde, al parecer, descartar y reemplazar redunda en comodidad e higiene. Está todos los sábados, a las 21:30, en Espacio Ecléctico (Humberto Primo 730). Sólo quería recomendárselas.

martes, 15 de septiembre de 2009

CRÍTICA

Teatro: Aureliano
Blog "Críticas y espectáculos"
por Joud Raad, 10 de septiembre de 2009.

"Aureliano" dirigida por Román Podolsky sobre textos de Berco, Pérez de Villa y Podolsky. Propuesta minimalista y muy funcional.

Podolsky vuelve a romper los esquemas con ésta puesta en escena logrando la atención inesperada del público y sumergiéndose permanentemente sobre los textos y monólogos de Roxana Berco.
Podolsky apuesta por una pieza que parece ser realista al comienzo, pero se torna subjetiva por medio de un relato que incluye una fuerte dosis de metáforas y textos de la vida que la alejan del tono connatural de la obra. Todos esos elementos propios enriquecen la puesta en escena acompañado con la escenografía sencilla y acertada; la entrada en el centro del escenario, un piano, un colchón, una caja grande, la cabeza de un maniquí y algunos adornos. Mientras que la música y la puesta de luces marcan y realzan una y otras escenas con expresividad.
Debemos aclarar que el concepto argumental que plantea es meritorio, ambicioso e igualmente difícil de concebir en la escritura. Tema que vincula un lado y el otro de la existencia propia del ser humano, que adquiere una connotación diferente al aplicar con éxito la fluidez necesaria en las escenas e incorporar ciertos elementos visuales de secuencias que destacan otras. Ahora bien debemos aclarar también que existe una mesura en el espacio escénico ya que los intérpretes logran muy bien enriquecerse de ellos. En la puesta nada es casual ni superfluo, cada gesto y cada desplazamiento de un cuerpo en el espacio de la escena, cada color, cada composición grupal y cada diversidad primorosa es un signo comunicativo elocuente que aprehendemos y una solución artística admirable, hermosa, elaborada con minuciosidad y cargada de sentido.
La efectividad del texto no sólo provoca identificarse con la única sufriente en escena, sino que permite a la actriz mostrar sus potencialidades a través del ejercicio que, para mí, es el monólogo. Es indiscutible que la soledad del monologuista lo obliga a llenar el espacio a partir de sí mismo, pero el hecho de no contar con interlocutores hacen que la acción, también, le pertenezca en exclusiva, evitando el desarrollo del conflicto. Sin embargo, ¿existe una estructura dramática más adecuada para reafirmar el aislamiento de esta mujer?.
La obra logra emocionar, logra sumergirnos de manera constante y ello acompañado con la gran actriz hace de éste espectáculo un buen desempeño artístico tanto intelectual como expresivo. Recomendable.

Calificación: Buena
Crítica: Joud Raad

http://criticasespectaculos.blogspot.com/

viernes, 11 de septiembre de 2009

CRÍTICA

Clarín
TEATRO
11 de septiembre de 2009


Itinerario del alma femenina
La nueva obra de Román Podolsky se titula "Aureliano", donde frecuenta, como en "Harina", algunas teorías sobre el universo de la mujer. Un notable trabajo de Roxana Berco.

Por: Laura Gentile

Aunque lleva por título un nombre de varón, se podría decir que Aureliano (dirigida por Román Podolsky y protagonizada por Roxana Berco) es una obra de chicas. Como el color rosa. Una obra que invita a entrar a una cajita donde está una mujer que cuenta su mundo.Después de haber llevado a escena Por su puesto ¿unipersonal protagonizado por Marta Pacamicci¿, Román Podolsky vuelve a lo logrado con la encantadora Harina (2005): una obra pequeña pero intensa, plagada de momentos sensibles. Posibilitando, así, entrever una especialización para el director: la de dramaturgo serial de mujeres. Como si estuviera armando una futura colección exquisita, un muestrario de mundos femeninos. Como en Harina (protagonizada por Carolina Tejeda) en este caso el hallazgo, lo que encanta, la flor, es la actriz. Los tonos, los acentos, las miradas, todo en Roxana Berco (hija de la recordada Susana Campos) resulta graciosamente elocuente. Y puede ser triste también. Siempre, ricamente expresivo. Sola allí, con sus modos y maneras, logra mantener la atención, encantar al espectador con sus cuentos y teorías.Porque Aureliano está plagada de teorías, no grandilocuentes pero sí interesantes, sobre la vida: la de los vestidos y sus energías ("si tiene tristeza, un día que no importe tanto hay que sacarlo a pasear", aconsejará en un tramo la protagonista de la obra). Otra teoría: lo inoportuno de ciertos pensamientos para subir hasta una cima. Una más: la de las palabras que desean. La de la belleza apabullante de ciertas mujeres. Reinas que se esconden en cualquier profesión. ("Mi peluquera es muuuy linda...", dirá, en otro momento, como quien se dispone a hablar de algo muy serio). Esa belleza definitiva que genera envidia en quien lo la tiene. Las bellas, se sabe, son las otras pero yo también tengo hambre. "Hambrientas ellas y hambrientas yo", agregará como grito auto validador. También están allí, en escena, las ganas, los deseos, el amor, la frustración. El encuentro con el hombre y, por cierto, el desencuentro, la espera.El hombre en Aureliano está presente como ausencia o recuerdo. De hecho está todo el tiempo en escena, toca prodigiosamente el piano, baila descontroladamente el chamamé, y hasta la mira hacer a ella en una escucha comprometida y tierna, efectivamente lograda por Mariano Pérez de Villa, psicólogo y danzaterapeuta que también es compositor de la música original.Hay una tercera presencia, geográfica, mitológica, quizás. Paraguay campea en la obra como ícono del calor erótico, de lo seductor, de lo que arde y arrebata, incluso de la posibilidad de traición y perdición ("el marido de una amiga mía la dejó para irse a Paraguay").Por último, la original escenografía de Alejandra Polito y la iluminación de Matías Sendón resultan clave para potenciar el clima de esta obra delicada.«


http://www.clarin.com/diario/2009/09/11/espectaculos/c-01996222.htm

viernes, 28 de agosto de 2009


Fotos de Juana Ghersa, 24 de agosto, a pocos días del estreno

viernes, 7 de agosto de 2009

Aureliano
El amor habla



Artículo publicado en la edición de agosto de la revista Mutis x el Foro
www.mutisxelforo.com.ar

Conozco a Roxana Berco desde hace años, pero hacía tiempo que no nos veíamos.
Nos volvimos a encontrar el año pasado, cuando ella vino a ver Guardavidas. Al poco tiempo me llamó para explorar la posibilidad de hacer algo juntos y quedamos en encontrarnos.

En sucesivas reuniones escuché sus ideas y le conté el tipo de búsqueda que me interesa producir con los actores, mi intención de hallar en lo que dicen aquello que sorprende y que deja ver la singularidad de su personalidad. Cualquiera fuera la temática que acordáramos -le decía- lo que me importaba era que el trabajo quedara impregnado de su subjetividad, de su particular mirada, en diálogo con la mía. Seguimos hablando todavía un poco más hasta que surgió la cuestión del amor y allí nos dejamos de hablar y comenzamos a escuchar lo que este tema tenía para decirnos.

Porque el amor habla. Es una declaración de lo que le falta a quien la hace. Al hablar, el amor pide.

Todos lo sabemos, lo hemos comprobado en carne propia. Con cortesía o a los gritos, con cautela o desmesura, el amor pide. Y lo primero que nos pidió cuando nos pusimos a escucharlo fue un compañero de escena para Roxana.

Ella conocía a Mariano Pérez de Villa, un actor que además toca el piano y baila muy bien. Lo convocamos, se interesó rápidamente y ya éramos tres los sujetos del discurso amoroso.

Empezamos a improvisar. Ellos movían sus cuerpos y hablaban y yo tomaba notas. Escribía lo que iban diciendo en la escena, pero también lo que decían después, al reflexionar sobre lo que habían hecho. Muchas veces los mejores dichos surgieron de esos momentos en los que la ficción se estiraba más allá de las improvisaciones, se instalaba entre nosotros y ya no quedaba muy claro - ni importaba- si los que hablaban eran las personas o los personajes.

Así pasamos unos cuantos meses, extrayendo imágenes, textos y situaciones posibles. Estas “postales del viaje” eran cuidadosamente atesoradas en la memoria grupal hasta que decidiéramos qué hacer con ellas. Fue por esa época que Luciano Prieto y Yanina Leandra se sumaron al trabajo, el primero como asistente de dirección y la segunda como productora ejecutiva.

Ya consolidado el equipo y con material suficiente, nos abocamos a encontrarle la estructura al espectáculo. Habíamos estado trabajando sin fijarle a la acción un tiempo y un lugar determinados, ni siquiera un vínculo específico entre los protagonistas. Confiábamos en que el discurso amoroso iría estableciendo su propia forma, su tono y sus matices particulares. No queríamos forzar un orden desde afuera; éste debía presentarse ante nosotros con la evidencia de lo que es inherente al proceso mismo.

Y así, en un momento determinado, descubrimos que el personaje de Roxana (Greta) y el de Mariano (Aureliano) no estaban ubicados en un mismo plano de realidad, sino que mientras ella estaría presente, en relación directa con el público, él sería más inasible, como el signo de una ausencia que podía ser tanto recuerdo como fantasía, si es que recuerdo y fantasía pueden aislarse en estos casos.

Para reforzar esta idea, decidimos que Aureliano no iba a hablar. Su silencio encarnaría el vacío. Sería el contrapunto de las palabras que el amor le haría decir a Greta.

Más tarde apareció con nitidez el espacio en el que transcurriría la acción: un departamento casi vacío, de donde Greta, al comenzar la acción, está terminando de mudarse. Un espacio donde ya nada es lo que era y en el que su inevitable mutación permite vislumbrar ahora un vacío inexorable.

En este departamento, sólo unos pocos objetos quedan esparcidos por allí. Cosas sin lugar, mitad recuerdo, mitad olvido. Y entre ellas, Aureliano, su piano, su música, su silencio.

En este espacio Greta se arroja a un improbable encuentro con Aureliano, motivada por el entusiasmo inagotable de su amor imperecedero. En lugar de estancarse en el sentimentalismo, la queja o la melancolía, ella busca hacer algo con ese vacío, lo bordea con palabras y acciones, juega con él. Y en ese juego va surgiendo de la nada lo nuevo, de lo esperado lo contingente. De la ausencia, Aureliano.

Convocamos a Alejandra Polito para diseñar el espacio y a Matías Sendón para iluminarlo. Ellos asistieron a algunos ensayos y nos pusimos de acuerdo en los criterios que guiarían su trabajo. Pero cuando finalmente llegamos al teatro donde finalmente estrenaremos (el Espacio Ecléctico, en San Telmo) surgieron las clásicas dificultades de adaptación a un espacio muy diferente al que estábamos acostumbrados. Como sucede en la mayoría de los casos, tuvimos que atravesar una etapa en la que los logros parciales producidos en la intimidad de la sala de ensayo se disuelven como espuma y pareciera que nada de todo lo hallado hasta el momento podrá recuperarse.

Por cierto, esos momentos también pasan y una vez concluida esa etapa de incertidumbre se tiene la sensación de haber franqueado la aridez del desierto o la inmovilidad de un pantano. Pareciera que es condición de la creación artística el hecho de que no hay obra sin el atravesamiento de alguna hostil geografía.

Hasta que en un ensayo el espacio finalmente se organizó, las acciones volvieron a acomodarse, los textos recuperaron su musicalidad y sus variados sentidos y la obra volvió a funcionar, encontrando su forma definitiva.

Quiero cerrar este racconto mencionando a algunos colaboradores que se sumaron sobre el final del proceso. En primer lugar, Mayra Bonard que aportó su mirada para asesorarnos en algunas escenas que tienen al movimiento y al lenguaje de los cuerpos como protagonistas. También Clara Ezcurra y su equipo de diseñadoras gráficas, que le dieron al proyecto su imagen pública. A Juana Ghersa que hizo las fotografías y a Walter Duche y Alejandro Zárate que ya están por estos días ocupándose de la difusión de Aureliano con la capacidad y el cariño acostumbrados.

Ahora sólo nos resta estrenar.
Ojalá que a ustedes los haga hablar.

Román Podolsky

domingo, 2 de agosto de 2009

Roxana, Mariano, Román y Luciano en un ensayo el día que vino Vero Alocati y sacó esta foto
El poeta no tiene otra alternativa que inventar o crear otros mundos. La poesía crea realidad, no ficción. Afirmo que la poesía es realidad, y para mí es la mayor realidad posible porque es la que cobra conciencia real de la infinitud.


Roberto Juarroz


Este poeta inspira nuestro trabajo desde los primeros ensayos.
Si te interesa conocer más sobre él: www.robertojuarroz.com


Textos de Roberto Juarroz

1
Siento que algo ha terminado.
No es la vida todavía.
No es tampoco el poema,ni la canción que me derrota,
ni el terco sueño que ata al hombre,
ni el antisueño que nos salva de dios.
Debe ser el ir hacia las cosas:
Ya he aprendido a dejar que ellas vengan.
Debe ser la raya de sumar:
Ya las cuentas no me sirven de nada.
Debe ser la esperanza alternativa
De ir voceando tu nombre por la muerte.
Siento que algo ha terminado.
Debe ser que algo empieza.


2
La música no necesita justificación.
Ella no rompe el silencio:
Lo abre como a un fruto maduro,
como a una mano húmeda,
como a un templo fervorosamente ecuánime.
La palabra,en cambio,sí necesita justificación.
Ella incorpora al silencio
El estremecimiento que emana del sentido,
El sinsabor de ese insinuante apremio
Que desgasta al silencio.
La música acompaña a la noche.
La palabra siempre la corrige.
La palabra empieza en el hombre.
La música puede empezar en cualquier parte.
La música es un gesto hacia la luz.
La palabra es un gesto ante el vacío.
La palabra desconcierta a las cosas.
La música es una reducción de la nada.
La música completa lo invisible.
La palabra sólo recorta lo visible
Y lo prende con alfileres
en la espalda de los pájaros.

3
Hay que proseguir el ensayo.
No importa que debamos improvisar,
que no haya director
Y que la pieza que ensayamos no se estrene nunca.
Tambièn la flor es un ensayo,
la palabra es un ensayo,
el silencio es un ensayo,
el amor es un ensayo,
los dioses fueron un ensayo.
Aunque el anfiteatro estè vacìo
y nos desnuden las ausencias,
como a la flor la desnuda
el hecho elemental de que todo no sea flor,
que el aire no sea flor,
que la luz no sea flor,
que el tiempo,el pensamiento no sean flor.
Aunque la voz del hombre
estè llena de huecos
o tal vez sea un hueco,
hay que proseguir el ensayo.
Es el ûnico modo
De que al menos los otros ensayos
Quizà se estrenen algún dìa.
Y entonces tal vez ellos nos arrastren.
Aprontes escenográficos
(en la foto: Mariano, Ale Polito y escalera)
foto: Lucho Prieto

viernes, 31 de julio de 2009


vale la pena el link
Ella se está mudando.
Él no está del todo presente ni del todo ausente.
Ella pregunta ¿dónde estás?
El tiene tantas respuestas como ella pueda imaginar.
La cabeza de una verdadera reina guaraní
foto luciano prieto
Roxana y Mariano en un ensayo
Foto de Luciano Prieto
La Propuesta

Partimos de una propuesta despojada, en la que tanto el espacio como el tiempo de la acción surgen de las palabras. Las palabras van haciendo y deshaciendo, generando atmósferas e intensidades.

Es el ámbito de la memoria o del deseo: de lo que fue o de lo que está por venir.
Allí se mueve ella, enhebrando con sus dichos y sus hechos lo que está presente de él y lo que ya no está. O nunca estuvo.

Por lo tanto no es un espacio realista, aunque parezcan realistas las cosas que ella hace o dice. Un discurso sobre el amor no tiene nada de real y todo en su aspiración de serlo.

El tiempo del amor, por otra parte, tampoco es un tiempo lineal, sino más bien curvo, transversal. El tiempo de esta puesta parece el de una tarde cualquiera, mientras se acaba el día. Pero el amor no se acaba tan sencillamente como se acaban los días.

En esta puesta en escena ella habla y él baila y toca el piano.
Ella también canta y él también está en silencio.
Ella hace un recorrido alrededor de él.
Y paradójicamente, él nunca es el centro de ese recorrido.

La propuesta estética de este trabajo se basa en que no se puede asir lo inasible ni decir lo indecible. Aunque nunca dejamos de intentarlo.

Como corresponde al discurso del amor.

Afiches
Sábado 29 de agosto 21:30hs.
PRE ESTRENO
Sábado 5 de septiembre 21:30 hs.
ESTRENO
Miércoles 9 de septiembre 21:00hs.
FUNCIÓN DE PRENSA
ESPACIO ECLÉCTICO. HUMBERTO 1º 730
RESERVAS 4307 1966